miércoles, 30 de noviembre de 2011

¡Día redondo!

¡Hola a todos! ¿Qué tal habéis empezado la semana?
El lunes tuve clase y fue bien. Hemos conseguido cambiar la clase del lunes que viene por dos tardes en enero, para poder hacer un poco de puente. Así que genial, porque mi pimpi y yo nos vamos a Madrid a golismear la navidad en la "capi". ¡Estoy deseándolo!

Por la tarde estuve buscndo información acerca de un trabajo que nos han mandado de embriología. Me ha tocado el aparato digestivo, a partir del píloro, y tengo que hacer una presentación explicando cómo se produce. Pues os puedo decir que tengo un lío en la cabeza... lo leía y me líaba más que un zompo, así que lo busqué en el youtube y con los vídeos ya me fue quedando más claro. También nos dijeron las fechas de algunos examenes para enero, así que tocará estudiar antes para pasar las navidades lo más libre posible.

Ayer tue guardia en el paritorio. Cuando llegúe había 3 mujeres, peeero... otra vez la maldición, jajaja. Esta vez sólo fue cesárea una, porque no había manera de que el bebé bajase. Pero las otras eran recomendadas, es decir, que la gestante en cuestión conoce a la matrona o gine y claro, los partos los hacen ellos.
Menos mal que tuve mi salvación. Bajó de la planta una secun con 3 cm y unas contracciones espontáneas muy seguidas. Además la conocía porque era hermana de una amiga de mi chico, así que aprovechando que la tarde empezó tranquilita, estuve todo el rato con ella.
Se puso la epidural, se puso con 5 cm y al momento, en completa. Estuvo con los pujos una hora si acaso y pasó al paritorio. Le hicimos una epi muy chiquitita, a penas un pellizco, y Álvaro salió perfectamente. 3 kilitos pesó, empezó a llorar y en cuanto se lo pusimos a la mami, se calmó. Es un momento increíble de verdad.
La episiotomía la cosí yo y estaba que casi pego botes de alegría porque la verdad es que por primera vez vi claramente el asunto, por dónde tenía que coser. Vale que era una epi pequeña y un corte limpio, sin ningún desgarro, pero por algo se empieza, ¿no? ¡jajaja!
Cuando acabé salí con ellos a ver a la familia y bueno, eso ya si que es la leche. Venga a darme las gracias, a preguntarme cosas, y venga besos de agradecimiento. Os juro que volví al paritorio como en una nube, ¡con un chute de adrenalina!

El resto de la tarde fue tranquilo, algún que otro control y poco más. Cuando acabé el turno fui a la habitación a verla y a ver al pequeño Álvaro, porque como digo, lo veo y a penas me fijo. Además como ya habían pasado unas 4 horas del parto, ¡estaba precioso! Dormidito en la cuna muy tranquilo.
Ainss qué bonito es esto, ¡¡no me canso de decirlo!

Mañana empuiezo en el centro de salud, así que ya contaré qué tal me ha ido.

Y poco más, como siempre, un alegría extra verte a la salida, ¡lo que nos reímos luego viendo la boda gitana! Eres increíble, ¡gracias! Ti voglio beneeeeeee  :)

Un besito y a sonreír!!

(*)+(*)

sábado, 26 de noviembre de 2011

Guardia tranquila

¡Hola! Ya estoy aquí de nuevo para contar cómo me fue la guardia de ayer en el paritorio.

Antes de nada tengo que decir que me levanté con una fuerza increíble. ¡Y más siendo viernes!
Al llegar al paritorio, vi que estaba todo lleno y me metí con una mujer llegada de urgencias para ponerle un monitor, cogerle la vía y sacarle sangre. Justo cuando acabo oígo que una matrona me llama desde el pasillo y me dice: "métete con la de 2 que está en completa y está a puntito de caramelo".
¡Y tanto! En dos empujones la tuvimos que pasar al paritorio, que si m descuido no me da tiempo ni a ponerme los guantes. Era una secun, y poco más supe de ella porque fue todo muy rápido.

Creo que fue la primera vez que saco al niño completamente sola, porque en otras ocasiones sí me han ayudado o me han puesto las manos aunque sea un poquito, sobretodo al sacar los hombros. ¡Y otra vez con el subidón! Saqué al niño, le corté el cordón y lo llevé a los pediatras, porque era un meconiazo.
Francisco Javier, que así se llamaba el bebé, salió perfectamente y en seguida se lo pusimos a la madre piel con piel.

A partir de ahí llevé a dos mujeres pero las dos fueron cesárea, porque no había manera de que los niños bajasen, se quedaban ahí atascados y no descendían. Qué rabia me da... ¡pero qué se va a hacer!

Hubo otra cesárea de un gemelar. La primera, una niña, pesaba 2 kilos y estaba perfectamente, aunque luego cuando subí a neonatos estaban controlándole la glucemia porque hacia picos. Y el segundo, un niño, pesó un kilo justo. Qué sensación cuando lo cogí... ¡era tan pequeño!
El pequeño salió bstante apagaíllo, los pediatras alrededor de él con el oxígeno, estimulándole... y al final arrancó, qué color más bueno se le puso. Eso sí, yo me pongo súper nerviosa estas ocasiones... Ves a los pediatras de un lado para otro y él tan chiquitín... que me di cuenta de que inconscientemente, por dentro, estaba diciendo: ¡vamos pequeño, adelante! Y lo curioso es que dos horas mas tarde, él estaba mejor que su hermana, a pesar de lo enano que era.
Ainss que monos son... ¡¡esto es lo mejor!!

Tuvimos un parón grande después de comer, en el que no hubo ninunga mujer. Luego empezaron a llegar controles de urgencias y 2 mujeres que bajaron de planta. Cuando me fui dejé a una embarazada en completa, pero no me podía esperar a hacer el parto.

El martes vuelvo al paritorio. Y ya el jueves empiezo en el centro de salud. En diciembre creo que tengo 2 noches en paritorio, ¡qué bien! Porque la verdad es que esto engancha, haces un parto y quieres otro, y otro y otro, jaja.

Pasad muy buen finde! Besitos!!

(*)+(*)

jueves, 24 de noviembre de 2011

Marta

Marta es la preciosa niña a la que ayer ayudé a nacer. Y mira que pocas veces digo ayudar, porque yo soy de las que me gusta que la naturaleza actúe, que la embarazada haga lo que el cuerpo le pida.
Pero es que esta niña se las traía.

A Inma, la madre, la conocí a eso de las 11, y hasta que parió a las 16:55h no me separé de ella. En cuanto entré en la habitación y me presenté, no se quitaba mi nombre de la boca. Es más, me resultaba curioso que durante la dilatación, y sobretodo en los pujos, no llamaba a su marido, sólo a mi. Me decía: "¡Ay Ana, la guerra que nos va a dar esta niña! ¡No te vayas! ¡Dame la mano!" La matrona con la que estaba, me miraba y me sonreía. Creo que hasta ahora, pocas veces había conectado tanto con la madre.

Era una secun, y la niña parecía ser grande. Parecía que la dilatación no avanzaba, es más, bajó al paritorio con a penas 2 dedos justos. En cuanto se puso la epidural, se estancó un poquillo en los 3-4 cm. Pasa una hora, y sigue igual. La miro y está con 5cm. A los 10 minutos...¡plaf! ¡En completa!
Y venga a empujar. La pobre no sabía como ponerse... así que aprovechando que la matrona con la que estaba da mucha libertad a las embarazadas, y sabiendo que la niña estaba bien, le quitamos un ratito el monitor para que se pusiese como le apetecía. La pasamos al paritorio y decia: "hazme tú el parto, que te juro que le recordaré a Marta tu nombre siempre". Se me quedó una cara de boba... jajajaja.

Y el parto fue genial. Pesó 4,180 kilos, así que me costó sacarla. Cuando los bebés son tan grandes, me cuesta muchísimo tirar, no sé si es que me da miedo tirar demasiado o qué. Es igual que en el alumbramiento, yo tracciono pero creo que no lo hago con mucha fuerza, porque veo que el cordón umbilical va estirándose y... ¿y si se parte? ¿y si quedan las membranas dentro? Ay qué lios...
Y lo mas "fácil" es el expulsivo... porque cuando llega la hora de suturar ahí si que ya me cojo la silla, respiro hondo y digo bueno... ¡despacito y con buena letra!
No hicimos epi, se desgarró un poco a los lados de la vagina, y como siempre, me faltan manos. Que si coge el porta con el hilo, la pinza con el otro, seca con la gasa, separa... Y ves a las matronas que lo hacen como si nada. Ésta me ayudó muchísimo, y me explicó cosas que no sabía. Además es muy maja, una alegría de chica.

El resto de la tarde estuve entretenida con otra mujer, una caso precioso. Una pareja de lesbianas que a través de una inseminación artificial habían conseguido, a la sexta, su sueño. También estuve todo el día con ellas, pero al final fue cesárea. Mi gozo en un pozo. Qué rabia me da cuando estás con ellas todo el día y al final acaba así... Pero bueno, pasé a la cesárea y luego fui con la auxiliar a enseñar al niño a la familia, ¡me encanta ese momento!
Por lo demás, lo de siempre. Monitores, epidurales, analíticas... y a casita.

Gracias, F. Sé que en unas horitas escasas te vuelvo a ver, y ya lo estoy deseando. Gracias por venir aposta sólo para unas horas, para estar juntos. ¡Eres el mejor! :)

Inmixu mia, ¡me acordé mucho de ti ayer! Cómo me gustaría verte por un agujerito, ¡esto es lo mejor que hay! :D

Que empecéis genial el fin de semana. ¡Besitos!







(*)+(*)

martes, 22 de noviembre de 2011

¡Qué gusto volver a la vida matronil!

Pues sí. Después de un mes de baja ya me he incorporado de nuevo a la rutina. Ya estoy mejor, sólo se me cansa la espalda de vez en cuando pero lo soluciono poniéndome calor y descansando, y el dolor de cabeza ya lo tengo casi controlado.

Así que el sábado volví a las 14 horas del paritorio, y aunque al principio me costó muchísimo volver a coger el ritmo (no me acordaba ni de los antibióticos que se ponían segun el estreptococo...) poco a poco volví a engancharme. Que si epidurales por aquí, dilataciones, monitores, pujos... Y llegó un partito.

La sensación mientras me vestía para asistirlo no se me había olvidado, es más, estaba hasta un poquito nerviosa por que no hacía un parto desde... primeros de octubre si no me equivoco. Pensaba que la matrona con la que estaba no me iba a dejar hacerlo, porque entre que es de las antiguas y nunca había estado con ella. Pero sí, ella sólo hizo la epi y me dejó solita para que hiciese el resto.
Cuando cogí al pequeño Alejandro ufff... ¡qué alegría volver a sentir esa sensación! Comprobé que estaba bien y se lo puse a la madre piel con piel. Y yo... pues embobada, jajaja.
Cosimos las 2 porque la verdad es que no veía nada claro el tema... pero cuando salí de ese paritorio tenía ya otra cara, todos me lo decían.

Más tarde tuve la enorme suerte de ver un parto natural, y cuando digo natural, es natural. Sin apenas intervención. Tenía muchas ganas de coincidir con esa matrona. Ella sólo trabaja los sábados y sabía que iba a estar, pero los otros días que había coincidido con ella no había hecho ningún parto.
Total, que una portuguesita de 20 años llega con las ideas muy claras de que sólo quiere una vía periférica. Nada de oxitocina, nada de epidural, y nada de potro. Y así fue. Le dejamos la total libertad para que se pusiese en la posición que quería, que bebiese agua, le bajamos la luz y le pusimos música lentita. Parió perfectamente, en decúbito lateral y prácticamente en penumbra. Todo con una tranquilidad y una intimidad que tenía la sensación de que sobraba.
Me pegué a la pared y simplemente observé. La matrona me dijo que como era el primer parto que veía así con ella, que éste lo hacía ella y al siguiente ya participaba. Me pareció perfecto, porque estuve con la boca abierta embobada totalmente, más que mirando a la madre, a la matrona. Qué tranquilidad transmitiía... Cuando acabó todo me estuvo contando el por qué ella hacía siempre los partos así si todo iba bien, y los problemas que había tenido (sobretodo con los gines) por su manera de actuar. Pero qué queréis que os diga... después de verla y oírla yo estaba entusiasmada, con un subidón de adrenalina pensando que ésto es lo más bonito del mundo. Sobretodo esta manera. Sé que llevo poco tiempo como para decantarme por una forma de trabajar, pero me entusiasma todo lo "natural".
Ayer una profesora que es también así, nos empezó a contar y es increíble. La oyes hablar de la oxitocina natural, del amor entre la madre y el bebé, de la sensación de protección en cuanto te lo ponen encima y es para echarse a temblar. Es precioso.

Pero bueno, volviendo a la guardia del sábado, que me voy por los cerros de Úbeda. El último parto que vi me impresionó de tal manera que en cuanto acabó salí a llamar a mi madre, jaja. Fue una ventosa, así que sólo participé poniendo la oxitocina, y rellenando los papeles.
Pero lo que me impresionó fue que a la embarazada la acompañó en todo momento su madre, ya que su marido no podía ver un parto ni una gotita de sangre. Y mira que el pobrecillo lo pasó mal desde fuera... Pero como digo, fue precioso. Tres generaciones juntas unidas en ese momento tan especial. Había un vínculo tan increíble entre madre y abuela que no podía apartar mi vista de ellas.

Y como digo, en cuanto salí llamé a mi madre para contárselo. Porque sí, la echo de menos y es lo mejorcito del mundo. ¡VIVAN LAS MADRES!

Así que salí con subidón de energía enorme. Pero también estaba cansadísima, primer día de curro 14 horas después de tanto tiempo, ya os podéis imaginar. Estaba deseando salir para contarte todo, y aunque en cuanto cenamos me quedé sopa (la foto que me hiciste da fe jajaja), el domingo también fue un GRAN día.  Me alegro muchísimo que te haya gustado el regalín, ya te dije que era una "tontería" jaja!! Estoy deseando que llegue el puente para escaparnos y estar juntos todo el día :)

Audrey, ponte buena ya tú también, ¡que en Navidades me tienes allí con el turrón!

Un besito enorme para todos, y a lo futur@s matron@s, MUCHO ÁNIMO. No os rindáis nunca y mucho menos ahora que estáis en la recta final para el exámen. Espero que las experiencias de las que ya somos R1 os sirvan para sacaros una sonrisa y abriros, aún más si cabe, el gusanillo de esta gran aventura, porque tenemos la mejor profesión, MATRONA.

El vídeo de hoy va por todos, para que nunca dejemos de luchar por nuestros sueños. Qué gran montaje hizo nuestra compi, y aún a día de hoy cuando lo vuelvo a ver, me sigo emocionando!!

Que tengáis muy buena semana :)


(*)+(*)